la intervención principal fue abrir la vivienda a la parcela, a sus vistas de los montes del entorno y a los almendros en flor en febrero.
Es una vivienda familiar en el campo, una casa vivida en la que ahora crecerá una nueva generación. Se respeta totalmente la estructura característica de la vivienda, que data de los años 60.
Trabajamos en la distribución del los espacios, en la que se desaprovechaba gran parte de su potencial y el mayor cambio se plantea en el acceso, se elimina el distribuidor, se crea un espacio único de estar-cocina-comedor y se abre por completo a la terraza.
Este nuevo espacio suma en funcionalidad, iluminación natural y visuales, convirtiéndose en un espacio para el disfrute y para compartir.
Se proyectan grandes acristalamientos en la zona de día que nos aportan gran entrada de luz natural, poniendo en valor la antigua terraza en desuso conectándola con la cocina y el comedor y nos regalan unas vistas maravillosas hacia las montañas de la zona.
También se intervino en el ajardinamiento de la parcela y su urbanización, así como la piscina y la barbacoa.
Una parte no menos importante, fue trabajar en las instalaciones tanto de la parcela, como de la vivienda y en el aislamiento de esta, para un mayor confort y un menor consumo de energía.
2018